Ludwig Johnson
1.Cuando el deseo de los carbohidratos se debe a bajos niveles de serotonina ¿te sientes irritable, sufres de insomnio y, además, eres "adicto al dulce"?
Los bajos niveles de serotonina pueden ser la explicación. La serotonina es uno de los "mensajeros alegres" del cerebro. El cuerpo la produce a partir de un aminoácido llamado triptófano. Ojalá algún día lleguen a inventar bombas de gasolina de serotonina para poder "llenar el tanque" cuando estemos estresados. Mientras tanto, el dulce es un buen substituto: Un "dulcito" en la boca y enseguida te sientes mejor.
Veamos. Cuando ingerimos azúcar la serotonina aumenta porque el triptófano logra penetrar la barrera hematoencefálica gracias a la mucha insulina que se produce. En este estado, los aminoácidos que compiten con el triptófano por el mismo objetivo se desvían hacia los músculos y lo dejan "solo", permitiéndole ingresar.
Como lo explica Kathleen Des Maisons, experta en nutrición adictiva, en su libro Programa de recuperación del adicto al dulce (The Sugar Addicts Total Recovery Program): "Es como si un grupo de fisicoculturistas nunca dejaran al flaquito triptófano usar las pesas del gimnasio (los otros aminoácidos son más grandes que él). De pronto, una mujer muy bella entra en la sala y todos los musculosos se van hacia ella, dejando las pesas a completa disposición del pequeño triptófano. La insulina funciona en el cerebro como una mujer bella".
Sin embargo, este recurso es un falso levanta muertos. Así como el alcohol, el cigarrillo y cualquier otro tipo de droga, el azúcar nos estimula para después dejarnos peor que antes - gordos, tristes y hambrientos -.
Para controlar la adicción al dulce por bajos niveles de serotonina lo mejor es comer alimentos cargados de triptófano, como la carne de res y el pavo, además de carbohidratos de bajo índice glicémico, como vegetales,